Historia de mi y las serpientes.

Cuando agarré a los cuatro años la serpiente más venenosa del mundo.

Cuando tenía cinco años fui de vacaciones a Acapulco en el verano y me encantaba meterme al mar, pero por mi edad mis papás no me dejaban meterme mucho al mar pero el quinto día yo y mi   mamá nos metimos en la orilla del mar, mientras mi papá cuidaba a mi hermano. Como a los diez minutos en la orilla apareció una serpiente nadando y yo la agarré, pero se me resbaló y la volví a garrar y de la nada salieron tres pescadores gritándole a mi mamá que soltara a la serpiente porque era muy venenosa pero yo no les hacía caso y la volví a agarrar dos veces más,   pero cuando la traté de agarrar por quinta vez salió huyendo a mar abierto y seis años después descubrí que esa serpiente es la serpiente más venenosa del mundo.                                                

Serpiente de Mar.               

De mis historias con las serpientes.

Cuando tenia seis años, fui de vacaciones a Valle de Bravo y fui a caminar al bosque con mi tía, mi prima y doña Pilar, que vive ahí.

Cuando regresábamos del paseo, mi prima me dijo que había una lagartija pero solo se asomaba la cabeza y la traté de agarrar y cuando la agarré se volteó y me mordió en el dedo meñique de la mano izquierda y me di cuenta que era una serpiente, luego supe que era una Cascabel de Montaña, me asusté mucho y corrí a decirle a mi tía que me había mordido una serpiente y me llevó corriendo al rancho donde nos habíamos hospedado y donde se encontraba mi tío para que me llevara al hospital. Cuando pasaba todo esto mi mamá y mi hermano andaban a caballo al otro lado del bosque y cuando llegaron y mi mamá se entero fue directo al hospital a verme y le dijeron que estaría de dos a cinco días y que tal vez tendrían que cortarme el dedo meñique y cuando la vi entrar en la habitación donde me quedaría tenia la cara de susto y preocupación. 

A la mañana siguiente, cuando me desperté mi dedo tenia una ampolla de color morado que cubría la mitad del dedo y me dolía mucho, pero le avisaron a mi mamá que no me tendrían que cortar el dedo, pero tendría que quedarme un par de días para que me aplicar muchos anticrotálicos y me pudieran bajar la inflamación, dos días después me fui del hospital y regresé al rancho y de ahí a mi casa.